El detalle es lo que importa


Hoy os he recuperado un artículo que cuando lo leí por primera vez me impactó muy positivamente.
El mes pasado tomó especial relevancia por unas cuestiones prácticas que estuve debatiendo con un cliente de Axioma&Co. y por eso he considerado muy oportuno compartirlo con vosotros. Pertenece al blog http://brandjazz.typepad.com y el autor es Ramon Ollé  .

Muy interesante, de ese tipo de escritos que nunca caducan y que invitan a reflexionar.

Espero que os guste tanto como a mi:

A mediados de los 80, en pleno auge Yuppie, se forjaron algunos "mantras" que han resultado nefastos para la gestión de empresas.
Uno de ellos era la idea de que los presidentes no tienen tiempo para los detalles o como dicen los propios americanos deben centrarse en "el big picture". Desde entonces hacer estrategia suena mejor que hacer tácticas, ser eficaz es mejor que ser eficiente, centrarse en las grandes cuestiones es mucho más importante que perderse en los detalles y el concepto siempre manda sobre la ejecución.
Detrás de esta filosofía hemos perdido la pasión por los detalles. Sucede en la gestión de empresas, en el liderazgo de equipos, en Marketing y por supuesto a la hora de comunicar.

Sin embargo en mi opinión el éxito está precisamente en saber que el detalle importa.Importa porqué los verdaderos líderes saben cuando dedicarle tiempo a comentar los pequeños detalles, importa porqué una mala fotografía puede arruinar una campaña, porqué un comentario inapropiado te puede hacer perder un negocio o porqué una ejecución sin gracia desvirtúa un buen concepto.
Basta leer biografias de grandes líderes para darse cuenta de la maestría que tienen a la hora de gestionar el detalle, tener una conversación aparentemente banal que levante el ánimo, hacer una observación que marca la diferencia. Jobs obsesionado con la iluminación de la sala antes de presentar el imac, Obama hablando de su abuela en un momento crítico de la campaña, Branson buscando el salero adecuado para la business class de Virgin...

Mi colega Bernd Schmitt escribió hace un tiempo que "cada marca necesita un patito de goma" en referencia a su estancia en un Hotel de Shangai en la que colocaban patitos de goma amarillos al lado de la bañera con una nota: "sientase como en casa". Él defendía la idea de que ese patito de unos centavos era más poderoso que cualquier gran campaña de comunicación. Como los azucarillos de una gran cafetería, como la apertura fácil de un pack de leche, como ese pequeño detalle que te hace sonreír y darte cuenta de que estas ante una gran marca que se preocupa por los pequeños detalles.

En una reciente charla en TED, Rory Sutherland defiende con pasión la economía de los pequeños detalles asegurando que siempre queda mejor gastar grandes sumas para desarrollar proyectos enormes cuando en realidad lo que suele cambiar el mundo son pequeñas iniciativas que acaban teniendo un impacto trascendental.

Afortunadamente los yuppies estan desapareciendo de las empresas, desgraciadamente su filosofía tardará un poquito más y todavía vemos demasiados directivos que piensan que su rol es solamente centrarse en las grandes cuestiones, recortar costes con los pequeños detalles insignificantes y desprenderse de lo que no es esencial. Los que me conocen saben que el patito amarillo de Schmitt es posiblemente de las pocas cosas que no han dejado de estar en mi despacho desde que me dedico a esto.
Estoy convencido de que cada presidente, cada gestor de marcas y cada estratega deberia tener su patito de goma que le recordara que muchas veces la gran diferencia la marca un detalle.


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